En nombre del Amor, te habla tu hermano cristal.
Los cristales  y minerales estamos acompañando este intenso tránsito de transformación de vuestras estructuras.

Toda vuestra estructura está siendo modificada. Todo vuestro sistema, del último al primer hueso, del primer al último hueso.
Vuestra estructura está siendo modificada, remodelada. Nuevos códigos se están instalando en vuestros sistemas para empezar a operar desde un nuevo punto, un nuevo comienzo. Aunque suene redundante, es así, un nuevo comienzo.
Nuestra consciencia, la consciencia mineral y cristal está acompañando y sosteniendo vuestra transformación.

Nuestra consciencia es de las más antiguas que empezaron a vivir en nuestra Madre Gaia.
Llevando tanto tiempo, nos encargamos de todo lo que tiene que ver con la custodia de las estructuras.
Somos del origen cristal.
Venimos del centro del cristal.
Somos la parte de la Madre, encargada que todo tenga sostén. Sostén y estructura.
Nos encargamos de cuando hay cambios en los sistemas, cambios en las estructuras, de acompañar esos movimientos.
Nuestro trabajo es limpiar lo que va quedando “sucio”, obsoleto y transformarlo, incluso si eso a vuestros ojos, implica, una destrucción.

Estamos en el real cambio de era.
Estamos en el cambio de la estructura.
El campo cristal está despertando en todos los centros que vinieron a sostener este gran cambio.

Sabemos y conocemos que los cambios en la estructura duelen, remueve vuestros cuerpos, por eso hoy, queremos haceros conocedores y recordaros, que es normal que duela. Que es normal, que os sintáis como si os quebráis.

Vuestros sentidos comienzan a amplificarse. Empezáis a comprender desde otro punto. Empezáis a ver. Comenzáis a querer ver.
Eso es síntoma de que vuestro corazón de cristal está empezando a activarse.
Como cuando estáis viviendo la niñez, hasta la adolescencia, hay dolores de transformación. Hay un quiebre de vieja estructura, remodelación y creación de una nueva.  Cuando pasáis por la etapa de crecimiento en la niñez y adolescencia, transitáis cambios llenos de dolor. Sin embargo, vuestro foco y consciencia está en vivir, en ir viviendo y no paráis para deleitaros en el dolor, en el crujir. Y luego s-vuestro propio sistema llega incluso a olvidar el haber sentido esos dolores.

Una recomendación para estos tiempos de transformaciones.
Empezar a meditar, a hacer conexión con algún cristal con el que vuestro ser sea llamado. Cualquier cristal que os atraiga.

Muy sencillo: Tomar en las manos el cristal, con los ojos cerrado, y empezar a visualizar el centro de ese cristal.
Empezad el viaje hacia el centro del cristal, hacia su núcleo, hacia su centro.
Y sentir como un vínculo se establece entre ese centro del cristal y vuestro centro corazón.

Sentid ese hermanamiento y reconocimiento.
No importa que, al principio en las primeras veces, no veáis, ni sintáis nada. Es un ejercicio para la práctica, un ejercicio para practicar a diario. Poco a poco conforme vayáis practicando y conectando con los cristales, veréis como nuevas conexiones se irán estableciendo.

Haceros con la compañía de algún cristal para llevarlo con vosotros en vuestros quehaceres diarios.

Somos y estamos para acompañaros, hoy venimos a recordarlo.

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